martes, 14 de octubre de 2014

Confesiones en Navidad

Tal vez se convierta en una historia, disfrutad la lectura y espero sus opiniones :) Besos
Todo comienza en un día de invierno, la noche anterior había nevado bastante, por lo que el paisaje estaba totalmente blanco. Desde mi ventana lo admiro y tras coger mi cuaderno me pongo a dibujarlo, los animales están escondidos en sus madrigueras refugiados del frio.Termino de dibujar y bajo a comer, vivo en una casa que mi padre me dejo en medio del bosque, él era un hombre que le encantaba alejarse de la gran ciudad para descansar e irse de caza. Mi familia no está de acuerdo con que viva yo sola en esta casa, aunque bueno sola, sola no estoy tengo dos personas que cuidan de la casa y me ayudan, para ir a trabajar voy en coche y si se me hace muy tarde me quedo a dormir en casa de mi madre. Dirijo una empresa de publicidad y marketing, la creo mi padre un par de años antes de morir y luego la herede yo, mientras que mi hermano se ha quedado con la empresa grande que creó mi padre con su mejor amigo, fallecido unos años antes de nacer yo.
Me cambio de ropa tras comer algo y me pongo un vestido de fiesta, mi madre daba una gran fiesta para celebrar el fin de año y todo eso, particularmente no me gusta mucho la Navidad, se me hacen muy aburridas sin la presencia de mi padre, pero además mi madre la hace sobre todo para que mi hermano y yo encontremos pareja, somos los pequeños de cinco hermanos, tengo dos hermanas mayores, Alice de 33 años, Ana de 30; un hermano mediano, Pablo de 27; mi hermano pequeño pero mayor que yo, Drake de 25 años y por último, yo, Katherine de 23 años, la pequeña y el dolor de cabeza de todos. Drake y yo somos los únicos solteros de la familia, porque mis dos hermanos mayores están casadas y Pablo tiene pareja, pero nosotros no tenemos prisa, estamos bien como estamos y nos vamos por ahí cuando queremos sin dar explicaciones a nadie, excepto a Victoria, mi querida madre, pero volvamos al relato que es más interesante.
Mi yaya, la mujer que trabaja con mi familia desde antes de que naciera viene a mi cuarto para peinarme, me encantan sus peinados, son elegantes pero cómodos, además siempre que la convenzo viene conmigo de compras. Cuando termina me gira para el espero y me miro sorprendida, estoy increíble, ella me sonríe y se marcha mientras me admiro en el espejo. Llevo un vestido azul muy hermoso, apropiado para la ocasión, aunque para mí no, me coloco unos tacones altos negros y cojo también el pequeño bolso a juego, luego me dirijo hacia las escaleras, pero oigo que ellos están hablando con alguien. Bajo las escaleras lentamente hasta llegar abajo donde descubro a mi querido hermano, Drake, sonriendo mientras habla con mi yaya y su marido, se giran al oírme y me mira sorprendido, no puedo evitar reírme de su cara.
-Me quito el sombrero ante usted, bella dama-dice mientras hace una reverencia muy cómica.
-Eres un payado, Drake-digo entre risas-¿A qué has venido?
-Señorita, nosotros vamos a preparar las cosas para marcharnos.
-Claro, Elena, espero que paséis una gran navidad-le sonrío y les doy un abrazo.
-Si necesitas algo, llámenos y volveremos-dice su marido.
-No se preocupen, me llevaré a mi hermana a esquiar o me quedaré con ella.
-Con eso me quedo más tranquila.
Intento protestar pero mi hermano me lanza un mirada de advertencia y suspiro, no va a servir de nada intentar hacerle cambiar de idea, es casi tan cabezota como yo, así que me despido de esas dos buenas personas y nos quedamos mirándonos en la entrada.
-He venido a por ti-sonríe un poco para aliviar la tensión-Mamá no quería que te fueras tu sola por la nevada y como los demás estaban tan ocupados, me ha tocado a mí, al pobre hijo mediano, a excepción de ti-pone un tono lastimero-pobre de mí.
-Pues no hubieras venido a por mí-cojo mi abrigo, mientras me lo pongo me dirijo hacia la puerta-tal vez sea la pequeña, pero no me hace falta canguros.
-¡Katherine, espera!-corre detrás mía- no te enfades, solo estaba de broma, es más, me ofrecí yo a venir a por ti.
-Chicos, es hora de irse, sino vuestra madre se enfadara-dice el conductor.
-Que se enfade, no somos niños-decimos a la vez y nos reímos.
Nos montamos en el coche y nos dirigimos hacia Nueva York, miro con añoranza el bosque mientras lo vamos dejando atrás, al llegar a la ciudad nos quedamos atrapados en el atasco que hay en el centro de la ciudad. Ponemos la televisión para ver un poco lo que hay y que el tiempo que estemos esperando no se haga tan pesado, charlamos un poco mientras hago zapping, pero algo de pronto llama nuestra atención en la televisión. Sale nuestra casa y varios reporteros informando sobre la gran fiesta que da Victoria Hale, sonreímos al darnos cuenta de que no ha pasado nada grave, aumento un poco el volumen, están comentando como van y con quien llegan los invitados. Pero de pronto, la reportera habla de mi hermano y de mí, diciendo que este año parece que los solteros de oro (odio ese mote que nos han puesto) serán la gran ausencia de la fiesta por Victoria Hale.
Drake y yo nos miramos riendo y sacudimos la cabeza, no entendemos porque los paparazzi se empeñan en llamarnos así, anuncian que un nuevo invitado a llegado a la fiesta, uno inesperado, Hugo Van der Bonn, mi amigo de la infancia y mejor amigo de Drake, igualmente un soltero muy ocupado y codiciado por las chicas. Empiezo a hablar un poco con mi hermano sobre la fiesta cuando en la televisión anuncian la llegada de una nueva limusina, pero sin saber quién va dentro, sonreímos y Drake baja de ella saludando y mientras viene hacia mi puerta miro como la prensa está sorprendida de su llegada y especulan acerca de quién será su acompañante. Apago la televisión y mi hermano abre la puerta tendiéndome una mano para que salga, los flashes me ciegan momentáneamente pero sonrío y saludo, aunque lo considero un pego. Entramos en la casa y suelto un suspiro, tras soltar el abrigo subimos a la planta de arriba donde esta nuestra familia terminando de arreglarse, nunca entenderé porque tardan tanto, yo solo he tardado 20 minutos porque me ha estado peinando mi yaya, que si no, mucho menos. Drake sacude la cabeza mientras se sienta en un sofá a mi lado, en ese momento aparece Ana que nos saluda y nos pregunta que tal estamos, pero no tenemos tiempo de contestar porque la llaman en la otra habitación. Nos miramos y empezamos a hablar en italiano, así ninguno de los grandes nos entenderán y no les dará por cotillear lo que hablamos, el único que nos entendía era mi padre. A la media hora de haber llegado y de estar esperando entran nuestras hermanas y mi hermano, van todos muy guapos y de llevar tanto tiempo hablando en italiano les adulamos en ese idioma por lo que nos miran molestan.
-Por favor, habladnos en nuestro idioma-nos pide Alice.
-Dejemos la charla para luego-dice mi madre-los invitados ya habrán llegado todos y nos estarán esperando, además no quiero que se aburran-termina sonriendo mientras se dirige a la puerta.
-Yo creo que estarán muertos de aburrimiento-murmuro para mí misma.
-Totalmente de acuerdo-me corroboran en un susurro Pablo y Drake.
Llegamos a la escalera y primero baja mi madre en el centro, luego mis hermanas con sus parejas y por último, Drake y yo, y Tomas con su novia, todos en perfecta sintonía. Miro hacia los invitados que nos miraban sonriendo y hay un par de periodistas grabando y disfrutando también de la velada.
Bailo un rato con mi hermano hasta que nos llaman para la cena y todos los invitados se dirigen hacia el gran salón, dejamos de bailar y nos dirigimos los últimos hacia allí también. En el par de horas que llevo por aquí no he visto a Hugo, miro a todos los presentes pero no lo veo, me encojo de hombros y empiezo a comer aburrida. De repente, se abre la puerta del salón y entra Hugo, se disculpa por tardar y se sienta en el extremo opuesto al que estamos sentados, mi hermano me da una patada en la silla para llamar mi atención ya que había vuelto a mirar el plato aburrida. Levanto la vista y me mira sonriendo, pongo los ojos en blanco y dejo que se lleven mi plato mientras me traen el postre. Charlo un poco con las personas que tengo sentadas en ambos lados, pero en cuanto nos dicen que podemos volver al salón me escabullo sigilosamente a la terraza y me apoyo en la barandilla para tomar el aire. Mi tranquilidad poco dura, pasan unos minutos de absoluto silencio, excepto por el ruido de los insectos, cuando se abre la puerta de la terraza y alguien se apoya en la barandilla al lado mía.
Por curiosidad me giro para ver quién es la persona que ha invadido mi soledad y para mi sorpresa no es otro que Hugo, lo miro unos instantes y vuelvo a fijar la vista hacia el frente.
-Hola, Katherine, ¿cómo estás?
-Bien, ¿y tú?
-Igual-sonríe.
-No esperaba verte por aquí.
-Este año me apetecía venir y me gusta las fiestas que organiza tu madre-se encoge de hombros-sin embargo, no pareces muy contenta.
-No me gustan estas reuniones-resoplo aburrida-me aburren mucho.
-Hubo un tiempo en el que te gustaban.
-Tú lo has dicho, pasado-me giro y clavo mi mirada en la suya-pero las personas cambian, deberías saberlo, Hugo.
-Pero no merece la pena que estés así por alguien que te arruinó una fiesta-me mira fijamente-ya te vengaste, relégalo a donde pertenece que son los recuerdos y disfruta del presente-me aconseja.
-Tal vez, pero no me gusta ser objeto de murmuraciones.
-Kate, tu empresa está teniendo mucho éxito, tu familia es una de las más influyentes de la ciudad-clava su mirada en mi-es imposible que no hablen de ti, además estas soltera-me guiña un ojo divertido.
-Claro, claro-me apoyo en la barandilla con una sonrisa sarcástica-y ahora somos los dos, objeto de murmuraciones y rumores porque estamos aquí charlando.
-Bueno no pasa nada, así las chicas cotillearan y junto con los chicos se morirán de celos-suelta una carcajada.
-¿Celos?-pregunto contrariada y curiosa.
-Pequeña, tienes a la mitad de la población masculina pendiente de ti, no sé cómo no te das cuenta del efecto que causas y…
-Y tu a la población femenina-me corta-pero me da igual el efecto que causo.
-Además, tienes un aire misterioso porque nadie sabe dónde vives y me tienes que decir tu secreto-muestra una media sonrisa.
-Katherine-me llama Drake-hora del baile familiar, hola Hugo.
-Que bien-digo con sarcasmo y suspiro-ya hablaremos Hugo, hasta luego, que te diviertas-me doy la vuelta y entro en la sala.
-¿De qué hablabais? No sabía que aun hablarais.
-De nada en particular y estaba hablando con él porque ha salido a la terraza mientras yo estaba allí.
Aprieto el paso y llego hasta la pista de baile situándome al lado de mis hermanas, Drake se sitúa en frente mía y tras hacer una reverencia me guía por la pista de baile, no es que no confíe en el, solo que no me gusta bailar con tanta gente mirando y cotilleando.
-Tranquila, en unos minutos cesara los cotilleos y se unirán al baile, están más pendientes de nuestras hermanas-murmura en un tono tranquilizador.
Voy relajando mis músculos mientras dejo que me guie por la pista, por cada vuelta que damos pone una cara produciendo mi risa y relajándome completamente, disfruto bailando con mi hermano. La orquesta va aumentando el ritmo y nuestro baile también, mis hermanas abandonan la pista de baile y admiran el baile, parecemos una sola persona mientras bailamos al compás de la canción. En el punto final de la melodía mi hermano mi hermano me impulsa al frente dando vueltas y acabando los dos en el centro de la pista en un abrazo. La gente aplaude mientras Drake me levanta por los aires abrazándome, me baja al acercarse mi madre que también me abraza, me dice que está muy contenta de que vuelva a sonreír, desde que mi padre murió hace un año y medio, he estado escondida en mi trabajo y en mi casa, encerrada en mi misma y triste. Tras alejarse mi madre aparece Hugo con una idea en mente: que los tres toquemos alguna canción para animar esto, entonces me acuerdo de la canción que tengo compuesta de hace un tiempo y desaparecemos del salón sin ser vistos. Me cambio de vestido y me suelto el pelo, luego salgo de mi habitación y veo a Drake y Hugo esperándome, me tienden sus brazos y nos encaminamos hacia el salón así, la gente se nos queda mirando sorprendida y con curiosidad. Drake coge la guitarra eléctrica, mientras que Hugo se sienta en el piano, los miro frunciendo el ceño a lo que ellos se limitan a sonreír y animándome a que me acerque al micrófono para empezar la canción. El piano empieza a sonar suavemente y pocos segundos después se le une la guitarra, suspiro y tomo aire, la gente guarda silencio expectante, cierro los ojos y dejo que la música embargue mis sentidos.
<< Pasado, un recuerdo amargo, borroso y duro,
se esculpió una cicatriz por cada mal segundo,
me prometí que no volvería a sufrir,
y que como el sol volvería a resurgir.
Floto sobre una nube de algodón,
en un cielo oscuro y tormentoso
de que no se puede huir,
atrapándome entre sus redes transparentes.
Necesito tu ayuda, no quiero llorar,
quiero volver a sonreír, contigo,
como si el mañana fuera solo eso
nuestro futuro conjunto.
Mientras un ángel escribe
por el día la belleza,
la joven durante la noche
expresa sentimientos ocultos.
Escondido en la constelación,
brilla tal vez, unas bellas alas
blancas y brillantes como diamantes
y a un ángel pertenecen.
Desde mi ventana,
lo veo caer desde el cielo,
posee una belleza infinita
que me deslumbra a cada instante
como un sol radiante.
Me acerco hacia sus alas,
pero se levanta y me mira,
recogiéndome y llevándome al cielo
con la promesa de protegerme…>>
Tras acabar la canción la gente se queda unos segundos en silencio y luego estallan en aplausos, saludamos y luego nos retiramos mientras mi madre dice unas palabras sobre esta improvisada canción.
Me retiro en silencio hacia mi cuarto para volverme a poner la ropa adecuada y descansar aunque sea unos minutos en soledad, pongo algo de música mientras bailando por él busco mis zapatos. Mientras giro algo llama mi atención, miro hacia la ventana del balcón y veo un animal enorme con unos ojos dorados, me quedo paralizada sin saber qué hacer, pero de pronto se marcha y tras unos segundos corro hacia el balcón y salgo.

Sin embargo, no hay nada ni nadie y me quedo con la mirada perdida hacia la noche, sacudo mi cabeza contrariada, pensado que ha sido producto de mi imaginación. La puerta de mi habitación se abre de golpe sobresaltándome y doy un bote, me giro y veo que es Hugo con cara de preocupación.
-Perdona que haya entrado así, es que no contestabas…y estaba preocupado.
-No pasa nada, es que no te había oído con la música-sonrío a modo de disculpa.
-Venia a pedirte una cosa-responde adivinando mi pregunta.
-Vale, ¿qué quieres?
-Solo queda un baile antes de que se preparen para dar las campanadas y yo…pues me preguntaba si querrías bailar conmigo.
-Está bien, pero solo porque eres mi amigo y como de la familia.
-Merci, ma belle madeimoselle-hace una cómica reverencia.
-De rien, monsieur-le respondo con una sonrisa-y deja de hacer tonterías.
Bajamos al salón y nos mezclamos entre la gente que se está emparejando para bailar el vals que ha pedido mi madre, ella va a bailar con mi hermano Drake, se la ve contenta. Hugo me mueve por la pista de baile con suavidad, no siento apenas que nos movemos, parece que estoy flotando, me muevo con naturalidad, no resulta tan aburrido como he pensado que iba a ser. Tras acabar el vals viene mi hermano muy agitado y eso me recuerda el día que mi padre se puso muy enfermo y murió, miro a mi madre buscándola con la mirada y la encuentro hablando con unas amigas, me tranquilizo.
-Chicos, daros prisa que nos vamos al Time Square para dar las campanas allí, que mi madre nos ha dejado.
-Drake, la próxima ven sonriendo o algo que has asustado a tu hermana-me señala con un cabeceo.
-Lo siento, pequeña, prometo no darte más sustos-me sonríe.
Salimos rápidamente y nos montamos en la limusina que nos llevara a la gran plaza, las calles están desiertas, supongo que todo el mundo estará reunido con sus familias. Llegamos a la plaza que está atestada de gente, nos pusimos al lado del gran árbol y admiramos como está decorado todo.
Empiezan a tocar las campanadas, cada uno se toma sus uvas o lo que quiera con cada campanada, cuando acaban todo el mundo sonríe feliz y desean feliz año nuevo, de repente Hugo me besa y lo aparto mirándole confusa.
-Feliz año nuevo, pequeña-exclama feliz.
-¿Por qué me has besado?
-Es la tradición y quiero empezar bien el año.
-Definitivamente estas mal-sacudo la cabeza-pero vamos si quieres creer en esas tonterías allá tú.
-Gracias al beso será un año genial, ya verás-dice muy pagado de sí mismo.
-¿De qué beso habláis?
-El que le acabo de dar a tu hermana para…
-¿Estáis saliendo?-le corta Drake mirándolo fijamente.
-¡Claro que no! Solo que como es la costumbre y el chico quería empezar con buen pie el año pues lo ha hecho.
-Bueno es una bonita tradición-me responde.
-Me voy al coche allí os espero.
Antes de que ninguno de los pueda abrir la boca me voy hacia la limusina y pongo el aire acondicionado, hace bastante frio, y a los pocos minutos llegan los dos chicos sonriendo cómplices, frunzo el ceño pero como estoy tan cansada no les hago caso y apoyo la cabeza en el hombro de mi hermano mientras que él me abraza, se está muy cómodo.
Los ojos se me van cerrando poco hasta que me sumerjo en un sueño profundo y tranquilo, me desvelo un poco cuando siento que alguien me lleva en brazos, abro los ojos y veo que es Drake, suspiro tranquila y me vuelvo a dormir.
Me despierto y veo que aun es de noche, me giro para volver a dormir y descubro que hay una persona a mi lado, se me escapa un grito alertándola y provocando que se caiga al suelo. Rápidamente me lanzo al suelo y lo inmovilizo a pesar de su resistencia y le aprieto el cuello dificultando su respiración.
-Katherine, suéltame, no puedo respirar-jadea mi hermano.
-¿Por qué debería?-aflojo un poco mi agarre-eres tu el que te lo has buscado por estar en mi cuarto sin mi permiso.
-He venido a dormir contigo porque estabas gritando, supongo que tendrías una pesadilla.
-Lo dudo mucho, no recuerdo haber tenido ninguna.
-No te acordarás-se gira quedando yo debajo de él-tengo mucha hambre
-Pues ve a la cocina y comes algo-intento apartarlo.
-Creo que no, tengo una comida mas suculenta aquí mismo-clava su mirada en mi.
Me quedo congelada sin poder moverme, sus ojos eran del mismo color que los del animal que vi en la habitación de la mansión de mi madre. Mi hermano sonríe mostrando los dientes y poco a poco se va acercando hacia mi cuello, grito aterrada intentando alejarme, pero es inútil. Dejo de luchar y cierro los ojos con fuerza esperando mi final a manos de mi supuesto hermano.
Abro los ojos incorporándome con un jadeo y sudando, el corazón me va muy rápido, intento tranquilizarme y voy cogiendo aire poco a poco mientras se va ralentizando mis latidos. Me dirijo hacia el baño y me echo agua en la cara y en el cuello, justo en el momento en el que me estoy secando la cara alguien pone una mano en mi hombro. Me giro velozmente tumbando a mi oponente e inmovilizándolo contra el suelo con fuerza.
-Katherine, suéltame, no puedo respirar-jadea mi hermano.
-¿Qué haces aquí?-le gruño.
-Le prometí a la yaya que no te dejaría sola y te he oído gritar.
-La próxima vez avisa de que te quedas.
-Claro, te dejaré una nota-dice sarcástico. Suéltame.
-Te lo has buscado tú solo-aflojo la presión lentamente.
Él se gira quedando yo atrapada bajo su cuerpo, mi cara palidece, está pasando lo mismo que en mi pesadilla, lo miro asustada, pero sin fijar la vista en sus ojos vaya que sean igual. Me mira sorprendido y se levanta, tirando de mi hasta ponerme en pie, luego me estrecha entre sus brazos y apoyo la cabeza en su pecho desnudo mientras que las lágrimas caen silenciosas por mis mejillas mojándolo. Llega un somnoliento Hugo que nos mira con curiosidad y preocupación al percatarse de mis lágrimas, escondo mi cara con vergüenza y mi hermano aprieta sus brazos entorno a mí. Mi hermano sacude la cabeza en dirección a Hugo que suspira y me mira, yo estaba con mi camisón azul, mi favorito.
-¿Qué ha pasado? He oído un golpe y tus gritos-me mira.
-He tenido una pesadilla y mi hermano me ha asustado y le he golpeado, de eso ha sido el golpe-miro a Drake-lo siento.
-No pasa nada-me da un beso en la cabeza-ha sido culpa mía.
-Bueno, si está todo arreglado, vayámonos a dormir que aun podemos descansar un par de horas más antes de que amanezca-bosteza Hugo.
-Drake, ¿me puedes hacer un pequeño favor?
-Lo que quieras, pequeña-me sonríe desde arriba.
-No quiero dormir sola, ¿puedes dormir conmigo?-miro hacia sus ojos con mirada suplicante-por favor.
-¿No quieres que duerma mejor yo? Soy más guapo y valiente que Drake-ríe divertido Hugo.
-No-le tiro una toalla a la cara-quiero a mi hermanito mayor-hago un puchero.
-Bueno vale, pero no sabes lo que te pierdes-me guiña un ojo.
-Ey tío, que es mi hermana, contrólate.
-Perdona, que no he dicho nada malo, eres tu el que piensas mal-levanta las manos- solo que yo hago unos masajes que lo flipas.
-Ya claro-lo mira de reojo y luego centra su mirada en mi-me quedo a dormir contigo, enana-me sonríe con dulzura-Pero voy a mi cuarto un momento.
-Vale, no os perdáis por el camino-les digo mientras salen del cuarto.
-Tranquila, que tan mal no me oriento-sonríe y desaparece junto con Hugo por el pasillo hacia su cuarto.
Yo me dirijo hacia mi cama y cojo mi cuaderno de dibujo, que está en la mesa de noche y dibujo un poco el paisaje nocturno que se ve desde mi ventana.
                                                                                    ****
Hugo y yo nos dirigimos hacia nuestros cuartos en silencio hasta que estemos fuera del alcance auditivo de mi hermana, tiene el oído muy fino, se que él me tiene que preguntar o decir algo por la cara que lleva.
-¿Cuándo le vas a decir que no eres su hermano?
-Eso se lo tiene que decir Victoria, no yo-lo miro evaluando su reacción.
-¿Cuándo se lo dirá y cómo? Kate tiene mucho genio.
-Supongo que le dirá que soy adoptado, que era el hijo de sus mejores amigos, quienes murieron cuando yo tenía dos años y ella estaba a punto de nacer y que me adoptaron porque no tenía más familia. Cuando se lo dirá no lo sé.
-La quieres mucho-se para en frente mía-cuando antes lo sepa mejor, no puedes esconder lo que sientes eternamente-me da una palmada en el hombro y entra a su habitación.
-Tal vez tengas razón, amigo mío-murmuro para mí mismo.
Entro en mi habitación y le mando un sms a Victoria pidiéndole consejo y me da vía libre para decírselo a su hija, pero con cuidado, no quiere que le pase nada ni que sufra. Me pongo mis zapatillas y vuelvo al cuarto de Katherine, veo que sale luz por la puerta, me asomo sin que me vea y la descubro dibujando en un cuaderno. Me apoyo en silencio en el marco de la puerta observándola, está absorta en lo que sea que está dibujando, suspiro y entro en la habitación, ella sube la vista y me sonríe, le da unos toques al dibujo y cierra el cuaderno depositándolo en su mesita de noche.
Me acuesto y ella se acomoda a mi lado, me da un beso de buenas noches y apoya su cabeza en mi hombro, ese gesto me hace recordar cuando era una niña y venia a mi cuarto con su osito y la cara llorosa porque las pesadillas la acechaban, la abrazo y le acaricio el pelo mientras su respiración se va tornando más profunda y tranquila hasta sumirse en un sueño sin pesadillas.
Como tengo curiosidad sobre lo que ha estado dibujando alargo el brazo y cojo su cuadernito, con cuidado de no despertarla, voy hojeando las páginas y veo que dibuja muy bien, hay varios paisajes y animalitos dibujados. Voy hasta la última página en la que haya un dibujo y para mi sorpresa no hay animales o paisajes, soy yo, apoyado en el marco de la puerta, exactamente como he estado hace unos minutos, la miro mientras duerme plácidamente, no sé cómo ha sabido que yo la he estado observado.
Devuelvo el cuaderno a su sitio con cuidado, luego me acomodo poniendo con delicadeza la cabeza de Kate en mi pecho, tras eso me duermo con una sonrisa colgando de mis labios.
                                                                                      ****
Me despierto al sentir los rayos del sol acariciando mi cara, abro los ojos somnolienta y bostezo mientras me intento estirar, pero poco lo consigo porque estoy atrapada en el abrazo de mi hermano. Estiro las piernas y luego los brazos, relajándome completamente y desentumeciendo mis músculos, miro a Drake que sigue durmiendo con un niño chico. Saco la mano fuera de la colcha y la pongo por encima, en unos minutos la sitúo sobre su pecho bajo la manta provocando que se estremezca y se despierte sobresaltado, pero yo me hago la dormida.
Nos destapa y ve que lo que le ha despertado ha sido mi mano fría sobre su pecho desnudo, noto como clava su mirada en mi cara, pero yo mantengo mi expresión, así que suspirando nos vuelve a tapar y vuelvo a estar calentita, sin frio. Noto como algo recorre mi oído y va descendiendo con deliberada lentitud hacia mi cuello, por la suavidad noto que es una pluma, uniéndose a la pluma, algo empieza a soplar en mi oído y un beso impacta en mi mejilla.
-Kate-susurra mi hermano-sé que estás despierta.
-No lo estoy-sonrío con los ojos cerrados.
-Si lo estas, me acabas de contestar.
-Mi conciencia que tiene vida propia-abro un ojo-y habla muy alto.
-Estás despierta-me abraza aplastándome.
-Drake…-jadeo en busca de aire-me estas aplastando, no puedo respirar.
-¿Enserio?-me guiña un ojo-creo que me quedaré así un rato más.
-¡Quítate de encima, ya!
-Vale-quita un poco de su peso permitiéndome respirar normal-pero antes quiero que me escuches atentamente y que no te enfades.
-Lo intentaré-le sonrío con dulzura y le despeino.
-Es complicado…-toma aire y me mira-soy adoptado, que era el hijo de los mejores amigos de tus padres, quienes murieron cuando yo tenía dos años y tú estabas a punto de nacer y que me adoptaron porque no tenía más familia, todo el mundo lo sabe pero ya nadie lo menciona, te lo iban a contar el año pasado pero con lo de tu padre al final no, lo siento si te hace daño, no es mi intención, te lo juro. Ya no podía ocultarlo más, tenía que decírtelo y tu madre ha estado de acuerdo en que sea yo quien te lo diga. Lo siento.
-No eres mi hermano…-murmuro en shock.
-Pero como si lo fuera, nos hemos criado juntos, para mí siempre has sido mi hermana pequeña, porque eres con la que más he estado unido.
-Me habéis mentido todos-exclamo enfadada y dolida.
Caen lagrimas por mis mejillas, el me abraza pero me debato y huyo a esconderme al baño, lloro durante algunos minutos más, luego me visto y me escapo por la ventana en dirección al bosque. Mi refugio y mi escondite. Corro por el bosque relajando mi respiración y me voy adentrando poco a poco, pero oigo de pronto las voces de Drake y Hugo llamándome, así que aprieto la carrera adentrándome rápidamente por el bosque. Tan rápido voy que no veo la raíz que sobresale en la tierra, lo que provoca que caiga al suelo y me golpee la cabeza. Me incorporo mareada, noto la sien palpitante y humera, pero no me detengo sigo corriendo alejándome de allí, no consigo llegar muy lejos porque me mareo y caigo al suelo. Intento incorporarme pero no sirve de nada, mis ojos comienzan a cerrarse, antes de que se cierren completamente veo al animal de ojos dorados situado enfrente de mí, despacio se acerca, lo miro fijamente y luego dejo que la oscuridad me atrape.