jueves, 30 de enero de 2014

Conspiración

A mediados del siglo XIX, durante la época victoriana, reinaba en Inglaterra Victoria, conocida en la actualidad como la abuela de Europa por haber unido a todos sus hijos con la realeza europea.
Una familia humilde vive en una de las recamaras del Palacio de Buckingham, al servicio de Su Majestad. El padre era el guardaespaldas, mientras que la madre trabaja en las cocinas de palacio. Ellos tienen dos niños, un chico llamado Ethan, de 17 años, y una niña llamada Annabelle, de 15 años. Eran los únicos niños de palacio y los que volvían locos al personal con sus travesuras, a pesar de su edad. La reina ha quedado viuda hace un par de años y adora estar con los chicos cuando tiene algo rato libre en su apretada agenda, era sabido en palacio el cariño que les tiene y sobre todo a la pequeña Annabelle.
Los niños se educan con tutores que contrata la reina a pesar de las protestas de los padres, ella cree que esos chicos tienen un gran futuro y por ello los ayuda, dado que solos les costará mucho mas esfuerzo y no sabe si serán capaces. Pasan los años y los chicos alcanzan la mayoría de edad. El joven se ha convertido en un muchacho alto, fuerte y atractivo, pero todo un caballero; tras acabar sus estudios se ha alistado en el ejército, consiguiendo méritos propios y subiendo de posición. La muchacha, se ha convertido en toda una belleza y una joven muy alegre que siempre tiene una sonrisa; ella está acabando sus estudios y Su Majestad le enseña idiomas y a tocar el piano, instrumento que le encanta y domina con facilidad.
 La reina ante los logros del joven Ethan le concede un condado con su título y tierras cercanas a Londres, mientras que presenta a la joven en sociedad causando gran sensación por su belleza y sus grandes ojos esmeraldas que brillan cuando sonríe. Algunos nobles no están de acuerdo con las decisiones que toma la reina respecto a esos dos plebeyos, pero ninguno osa decirle nada por acabar desairados.
Un día mientras la reina camina por el jardín junto con su dama de compañía, de pronto, llega Annabelle corriendo y la abraza fuerte mientras ríe contenta.
-Pequeña, debes comportarte como una dama-le reprime cariñosamente.
-Es que estoy tan contenta que no me he podido controlar, lo siento.
-Me doy cuenta-suelta una suave carcajada-¿y a que se debe tanta euforia?
-Lo sabes perfectamente-sonríe ampliamente a las personas del servicio que pasan por su lado.
-¿Serías tan amable de recordármelo? Estoy muy mayor y me falla la memoria.
-Has conseguido que de un concierto.
-Una pena que haya tardado tanto para que te oigan-sonríe.
-¿El que es una pena?-pregunta una voz a sus espaldas.
-¡Ethan!-corre hacia su hermano y lo abraza riendo-¡Victoria me ha conseguido un concierto!
-Ah claro, entonces ya se para que concierto he comprado las entradas-mira a la reina y le hace una referencia-Gracias Su Majestad por el regalo a mi hermana.
-Deja las formalidades para cuando estemos en público, Ethan.
-Como desees Victoria-sonríe y le da un beso a su hermana en la frente-nos vemos esta noche, bellas damas, ahora me retiro a hacer mis quehaceres. Adiós.
-Vamos nosotras, Anna a ver que te pones esta noche, que vas a impresionar.
La joven asiente y entra en Palacio bajo la atenta mirada de la reina y de alguien más. La reina mira a todos lados al sentirse observada, mira hacia todos lados, pero solo ve a la Guardia Real y a algún criado que pasa por allí en ese momento.
Tras un rato observando vestidos se decanta por uno verde clarito que hace juego con sus ojos. Victoria se marcha a seguir con sus deberes, mientras que la joven, con ayuda de su doncella, se arregla y se maquilla. Cuando está arreglada sonríe a su doncella y le pide que la deje sola.
-Toc, toc-dice su hermano asomando la cabeza sonriendo- ¿Se puede pasar?
-Claro que sí-se levanta de la cama.
Se acerca y la abraza, con cuidado le pone una mariposa en su recogido, se mira al espejo y sonríe al ver el efecto que añade la mariposa.
-Vamos, tu carroza te espera.
- Claro-se engancha de su brazo y salen de la habitación.
Se montan en la carroza y se dirigen al teatro, todo está abarrotado de nobles que charlan entre ellos. Camina hacia el piano y toca las teclas intentando tranquilizarse. Su hermano se sitúa a su lado y mira entre las cortinas que los protege de miradas curiosas.
-Tranquila, lo harás bien.
-Quédate conmigo, Ethan-le suplica cogiéndole la mano-por favor.
-Estaré en frente tuya, tranquila e imagina que estás en tu habitación-le da un beso en la frente y se sitúa en frente de ella pero sin que nadie lo viera.
Se sienta en el banquillo del piano y Annabelle mira como se abre lentamente y todo el mundo la mira interesado. Toma aire y comienza a tocar una melodía sumergiéndose en su mundo, el teatro queda en silencio y a oscuras, solo iluminado el piano y Annabelle.
Todo el mundo está embobado, pero una persona frunce el ceño y comienza a cortar las cuerdas de los sacos para que caigan sobre ella. Justo en el momento en el que están cayendo Ethan se lanza contra Annabelle apartándola de los sacos que caen destrozando el piano y provocando un jaleo. Coge a su hermana en brazos, que se ha desmayado por el shock y la monta en la carroza que corre veloz a Palacio, donde ya está el médico esperando.
La lleva a su recámara donde está Victoria y el médico, que tras examinarla les dice que está perfectamente y que solo ha sido el shock. La reina dispone a varias guardias para custodiarla y ella y Ethan se van a descansar algo más tranquilos.
Ella se levanta de madrugada muy agitada, acaba de tener una pesadilla que le impide conciliar el sueño. Va al baño y se echa un poco de agua fría en la cara, lo que le aclara la mente un poco y la tranquiliza.
Vuelve a la cama y se duerme tranquila. Se levanta a la mañana siguiente y descubre a Victoria y  Ethan en su habitación observándola preocupados, pero cuando ella les sonríe ellos relajan su rostro.
-Estoy bien, solo fue un accidente-les tranquiliza Annabelle.
-No fue un accidente, alguien ha intentado matarte-dice serio Ethan.
-Todavía están investigando, pero esperamos saber pronto quien fue el culpable-dice Victoria mientras le acaricia el cabello-ahora estás a salvo, pequeña.
-Descansa hoy, nosotros vamos a estar ocupados por lo que no salgas sola de palacio-le advierte su hermano preocupado.
-No tenía pensamientos de hacer tal cosa.
-Mejor, ahora descansa-le dan un beso y se marchan suspirando aliviados.
Ella pasa la mañana en cama leyendo o dibujando, pero a la hora de comer se siente mucho mejor y baja a la cocina a comer con los sirvientes, dado que no quiere comer sola. Tras acabar de comer sube a su habitación y con ayuda de unos lacayos mueve el piano hacia la terraza para tocar, aprovechando el buen día que hace y el solecito.
Comienza a tocar una melodía nueva y alegre, la reina sonríe al oír el piano mientras charla con unos comensales en el jardín y la actividad se para durante unos minutos. Ella termina de tocar y sonríe, le ha quedado una bonita melodía a medida que ha ido avanzando la canción.
-Bonita melodía, una pena que sea la última que toques-dice un hombre enfrente de ella.
-¿Qué le he hecho yo?
-Quitarme lo que sería mío si te hubieras casado conmigo-dice enfadado-ahora toca tu última melodía, Duquesa.
Comienza a tocar una melodía triste, de despedida, que alerta a la Reina y a la Guardia. Ethan corre a la habitación de su hermana justo para ver como el hombre dispara a su hermana y él le dispara al hombre. Corre hacia su hermana y llora mientras le pide disculpas por no salvarla, Victoria llega también y la abraza hasta que la joven muere y luego arrestan al hombre.
Años después, Ethan hereda los títulos que debería haber heredado Annabelle, tras la muerte de la Reina Victoria de Inglaterra y  tiene cuatro hijos, tres chicos y una chica, a la que le puso el nombre de su hermana, Annabelle.

domingo, 19 de enero de 2014

El Adiós

Este mini relato, es el prefacio de lo que a lo mejor puede ser una historia sobre el acoso escolar y sus desastrosas consecuencias.

Aquí me encuentro, escribiendo esta carta mientras mis ojos y muñecas lloran sangre,las ultimas que caerán antes de sumirme en un sueño eterno.
Mis ojos están cansados de llorar lagrimas invisibles, que nadie quiere comprender y que hacen como que no las ven. La verdad es demasiado dolorosa para aceptarla y tender una mano amiga y darme la ayuda que necesito para salir de este infierno llamado instituto.
Harta de que la gente me pisotee, me pasen por encima y no me dejen levantarme, solo quieren ver como caigo una y otra vez, sola...ya no puedo más. Nadie me echará en falta, aquí se acaba la vida de una joven que se cansó de luchar contra todos y que nadie la ayude contra el acoso que sufre.
Con estas ultimas gotas de tinta y sangre, mi vida expira con una sonrisa.